miércoles, 25 de marzo de 2020

LA IMPORTANCIA DE LAS ACTIVIDADES SIGNIFICATIVAS



La vida de las personas está condicionada por una serie de necesidades y motivaciones que hacen que el ser humano centre su atención en la consecución de las mismas.

Estas necesidades que trabajamos por cubrir van desde lo más básico (alimentarse, moverse, necesidades corporales, etc.) hasta otras mucho más complejas (relacionarse con los demás, trabajar, viajar, poseer bienes materiales,…).

Lo que regula el cumplimiento de estas necesidades es la importancia que les damos cada uno de nosotros como personas.

Cada persona es única e irrepetible, por eso esas necesidades son tan diversas.
Algunos prefieren pasear por la naturaleza antes que ir al cine, otros dan más importancia a acudir a reuniones sociales, mientras que algunas personas dan más valor a sus momentos de soledad.

En Terapia Ocupacional a estas actividades las llamamos ACTIVIDADES SIGNIFICATIVAS, que no son más que aquellas que son importantes para nosotros como personas.

Cuando se produce una pérdida de salud por la circunstancia que sea, es muy probable que no podamos realizar estas actividades que son importantes para nosotros, lo que nos genera frustración y sentimientos negativos que debemos aprender a gestionar. Si se trata de algo temporal, no nos costará mucho adaptarnos a la situación, pero cuando es algo definitivo se debe trabajar para conseguir adaptar estas necesidades hasta el punto de que podamos cubrirlas de nuevo.

En el caso de las personas con demencias es de vital importancia conocer la historia de vida que hay detrás. Esto nos permite saber sus gustos, aficiones, roles desempeñados a lo largo de la vida,… En definitiva, qué ha sido importante para la persona.

En situaciones extraordinarias como la que estamos viviendo actualmente, el papel de la familia es fundamental para conseguir un bienestar emocional en los enfermos de Alzheimer y otras demencias. Debemos pensar que todos hemos perdido temporalmente nuestras rutinas, pero que sabemos que algún día todo se solucionará y volveremos a la normalidad.

Las personas con demencia no tienen las herramientas ni las estrategias necesarias para afrontar esa pérdida de rutina que con tanto ahínco los profesionales os decimos que hay que seguir con estos enfermos.

De ahí la necesidad de que la familia, con todo el conocimiento que tiene del enfermo despliegue todo lo que sabe que es importante para él y lo ponga en marcha. La familia planteará esas actividades importantes y significativas para que el enfermo durante el tiempo que sea necesario se sienta feliz y realizado.

Es tiempo de sentarnos y despertar recuerdos. Es tiempo de cantar y bailar aquellas canciones que siempre han tarareado. Es tiempo de desempolvar las cartas o el dominó y pedirles que nos enseñen a jugar. Es tiempo de recordar aquellas recetas que nunca hemos tenido tiempo de hacer.

En definitiva, es tiempo de sentir, de ser y de querer, porque en realidad eso es lo más significativo que hay.



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