jueves, 24 de febrero de 2011

Primer mercadillo solidario del 2011

El pasado domingo 20 de febrero realizamos el primer mercadillo solidario de este año 2011 y podemos decir que fue todo un éxito, gracias a las donaciones realizadas por ciudadanos anónimos del municipio contamos con ropa, libros, peliculas, juguetes... en buen estado, todo a la venta a precios símbolicos.

Todo lo recaudado ese día servirá para financiar parte de las actividades realizadas con los enfermos de Alzheimer en la Asociación.

Y como una imagen vale más que mil palabras, ahí os dejo un par de ellas.



Resultados en el 2010

Hemos hecho balance del 2010 y podemos decir que estamos satisfechos de todo lo que hemos conseguido, poco a poco vamos creciendo y cada vez llegamos a más afectados y a sus familias.

Ya somos 184 socios y durante el 2010 hemos atendido a 251 familias a través del servicio de información y orientación, a 19 enfermos de Alzheimer en fisioterapia y psicoestimulación a domicilio y a 35 enfermos en el taller de psicoestimulación.

Desde aquí queremos dar las gracias a socios, usuarios, familiares, voluntarios, trabajadores, entidades públicas y privadas, colaboradores..., gracias a todos por ayudarnos a ayudar.








¡MUCHAS GRACIAS!

lunes, 14 de febrero de 2011

Tratamiento

Actualmente no existe un tratamiento curativo para esta enfermedad, sin embargo se están realizando numerosas investigaciones que permiten un tratamiento cada vez más acertado.
El tratamiento debe ir encaminado a conseguir una serie de objetivos con los enfermos, tales como:
      Mejorar/mantener el rendimiento cognitivo.
Mejorar/mantener el rendimiento funcional.
Evitar/tratar reacciones psicológicas anómalas.
Incrementar/mantener la autonomía personal en las actividades de la vida diaria.
Fortalecer/mantener las relaciones sociales.

Para una buena intervención es necesario que la familia comprenda y acepte la enfermedad. En muchos casos la enfermedad tiene una larga evolución por lo que los familiares, en especial el cuidador principal, sufren una gran sobrecarga, que provoca alteraciones psicológicas, emocionales... que han de ser tratadas. Para ayudar a evitar o minimizar estas situaciones es vital que los familiares estén bien informados y formados.
Por tanto, el tratamiento de esta enfermedad requiere una aproximación multidisciplinar, en la que es muy importante tener en cuenta la fase evolutiva en la que se encuentra el paciente. El tratamiento debe ser tanto farmacológico como no farmacológico. Con este tipo de tratamiento se ha conseguido enlentecer la evolución de la enfermedad y el deterioro cognitivo, físico y funcional. Y también las alteraciones psicológicas y conductuales.

Tratamiento no farmacológico
La estimulación cognitiva es una intervención con finalidad rehabilitadora, basada en un estudio detallado de las capacidades mentales para poder establecer la estrategia más apropiada a cada caso. Las personas con demencia mantienen cierta plasticidad cognitiva, o de aprendizaje, que puede ser estimulada o activada por medio del entrenamiento, con el fin de optimizar su adaptación al medio. Con el uso de estas técnicas conseguiremos una mejoría tanto funcional como social.
Para ello se utilizan técnicas como la orientación a la realidad, la ergoterapia, la musicoterapia, la reminiscencia, la psicomotricidad, la laborterapia…

Evolución

Se establece que la enfermedad de Alzheimer evoluciona por fases, aunque cada enfermo es totalmente distinto y resulta muy difícil diferenciar claramente el final de una y el inicio de la siguiente.
Actualmente se establecen dos maneras de exponer el proceso evolutivo de la enfermedad:
Una de ellas, establece que pasa por tres fases evolutivas.
o   FASE I. Inicial o leve.
o   FASE II: intermedia o moderada.
o   FASE III: Terminal, final o grave.
La otra evalúa la degradación mediante la Escala de Deterioro Global  de Reisberg (GDS), que clasifica la enfermedad en siete niveles evolutivos:
o   GDS 1: sin deterioro cognitivo.
o   GDS 2: deterioro cognitivo muy leve.
o   GDS 3: deterioro cognitivo leve. Demencia incipiente.
o   GDS 4: deterioro cognitivo moderado. Demencia leve.
o   GDS 5: deterioro cognitivo moderadamente grave. Demencia moderada.
o   GDS 6: deterioro cognitivo grave. Demencia moderadamente grave.
o   GDS 7: deterioro cognitivo muy grave. Demencia grave.
Se puede establecer un paralelismo entre ambas, ya que:
o   La fase inicial equivaldría a un GDS 3/4
o   La fase intermedia equivaldría a un GDS 5/6
o   La fase final equivaldría a un GDS 7
SÍNTOMAS.
Fase I.
  • Percepción subjetiva de pérdida real de memoria.
  • Dificultad reiterada para recordar hechos de cierta importancia: lugar donde deja las cosas, recados, fechas significativas, nombres de lugares o de personas conocidas, teléfonos habituales,…; lo que hace aparecer y/o aumentar la inseguridad y dificulta el desarrollo de su vida cotidiana.
  • Ligera desorientación temporoespacial.
  • Dificultad para nuevos aprendizajes que requieran procedimientos razonados y con cierta complejidad, así como para adaptarse a nuevos entornos y/o ambientes.
  • Ligeras alteraciones en el uso del lenguaje, tanto de expresión como de comprensión, alteraciones que constituyen un grave inconveniente para mantener una conversación fluida, por lo que suelen aislarse y evitan tener que participar en reuniones familiares o con amigos.
  • Ligeras dificultades en la escritura, que empieza a ser imprecisa.
  • Dificultad para el cálculo: manejo de dinero, operaciones bancarias…
  • Ligeras dificultades en la praxia; manejo de electrodomésticos, fuego, destrezas laborales, dificultades para la ejecución de tareas automatizadas… lo que suele ocasionar un rendimiento laboral y doméstico en disminución.
  • Cambios de personalidad y carácter que dificultan su trato. Generalmente con agudización de los rasgos previos. En ocasiones puede suceder lo contrario: los ariscos se vuelven cariñosos, los tristes comienzan a ser alegres.
  • Alteraciones en el estado de ánimo y comportamiento: desinterés, apatía, pérdida de iniciativa, abandono de aficiones, quejas físicas, labilidad emocional, sentimientos de culpa, trastornos de autoestima, sentimiento de inutilidad, estado depresivo o ansioso…


Fase II.
  • Desorientación temporoespacial grave con importantes despistes. Dificultad para reconocer lugares habituales, incluso en el propio domicilio, lo que da lugar a frecuentes pérdidas. Confusión entre el día y al noche. Percepción errónea del espacio, con dificultad para el cálculo de las distancias.
  • Deterioro marcado de memoria: pérdida de conocimientos generales. Dificultad para relatar una historia acaecida. Dificultad para el aprendizaje de nuevas tareas perceptivo-motoras.
  • Alteraciones gnósicas: incapacidad para reconocer caras, personas, lugares, objetos, incluso la propia imagen en el espejo.
  • Incapacidad para asimilar acontecimientos familiares o personales importantes.
  • Dificultades serias para la praxia con limitaciones graves para realizar movimientos complejos o acciones secuenciadas que conduzcan a un fin como realización de las AVD.
  • Pérdida de control sobre gestos y movimientos significativos y aprendidos con anterioridad. Vagabundeo.
  • Empobrecimiento significativo del lenguaje con falta de palabras, reiteración de términos, o repetición de lo que acabamos de decirle. Confusión de palabras, utilizando una por otras. Creación de palabras nuevas e incluso verborrea incoherente.
  • Dificultades importantes en la escritura, el dibujo y la construcción de dibujos o figuras tri o bidimensionales.
  • Disfuncionalidad y reacciones conductuales diversas: conductas de riesgo, reacciones catastróficas, frustraciones, agresividad, agitación, fobias, abandono del cuidado personal, obsesiones…
  • Pérdida de actividad laboral.
  • Modificación de la sexualidad pudiendo aparecer hiperactividad o desinhibición.
  • Alteraciones del sueño.
  • Pérdida de control de esfínteres que genera incontinencia.



Fase III.
  • Grave afectación del lenguaje o ausencia del mismo.
  • Grave alteración de las praxias relacionadas con las ABVD: comer, vestirse, lavarse…
  • Desorientación temporoespacial total con incapacidad para el reconocimiento del propio cuerpo.
  • Pérdida total de memoria, excepto la afectiva.
  • Doble incontinencia total: vesical y fecal.
  • Graves trastornos del movimiento.
  • Pérdida de reflejos excepto los más primarios.
  • Aparente aplanamiento emocional y desconexión total con el mundo que les rodea.
  • Frecuente alteración del descanso y del sueño.

SÍNTOMAS DE ALARMA.

La forma de aparición de la enfermedad es muy variada, no existe un patrón único y, en ocasiones, puede no notarse nada hasta que la enfermedad ha evolucionado un poco. Los síntomas que pueden hacernos pensar en la presencia de una enfermedad de Alzheimer son:
1.- Pérdida de memoria: el síntoma más precoz de esta enfermedad es la pérdida de memoria, que se inicia con olvidos frecuentes de cosas que acaban de hacer (no saben que han comido, o si han cerrado la puerta de la casa con llave). El paciente suele ser consciente de estos olvidos, aunque a veces trata de disimularlo.
2.- Dificultades para realizar tareas habituales: los pacientes olvidan guardar las cosas en los armarios, tienen problemas para el manejo de los electrodomésticos comunes, van a comprar y olvidan cosas o compran aquellas que no necesitan.
3.- Problemas con el lenguaje: los pacientes con Alzheimer incipiente tienen dificultades para encontrar las palabras correctas para expresarse. A veces hacen 'circunloquios' para decir cosas habituales (el lugar donde se guardan los trajes en vez de decir el armario, por ejemplo)
 4.-Desorientación en tiempo y espacio: es normal que los pacientes olviden el día en el que viven y no sepan donde se encuentran, llegándose a perder en trayectos tan simples como de su casa a la panadería, o incluso dentro de su propia casa.
5.- Disminución del juicio: al inicio de la enfermedad los pacientes muestran una incapacidad para hacer juicios de cosas simples, de modo que en ocasiones toma decisiones incorrectas sobre la ropa que deben ponerse en función de tiempo que hace, o el dinero que deben pagar.
6.-Problemas con el pensamiento abstracto: los pacientes pierden su capacidad de hacer cálculos, y en ocasiones olvidan la utilidad de los números.
         7.-Descolocan las cosas: con frecuencia al inicio de la enfermedad los pacientes colocan las cosas en sitios disparatados, como poner la cartera dentro de la cazuela o los zapatos dentro de la lavadora.
8.-Cambios de humor o comportamiento: los pacientes con enfermedad de Alzheimer pueden tener cambios bruscos de humor, sin aparente motivo y sin desencadenantes externos.
9.-Cambios de personalidad. Aunque la personalidad suele cambiar con la edad, los pacientes con Alzheimer tienen cambios exagerados de la misma, convirtiéndose en personas desconfiadas, dependientes o hurañas.
10.- Pérdida de la iniciativa: esto implica que son incapaces de tomar iniciativas para llevar su casa, hacer las cuentas u organizar sus vidas. Con frecuencia su actividad diaria acaba limitándose a mirar la televisión, sin conversar ni prestar atención por el entorno.


Causas y factores de riesgo

CAUSAS
Existen muchas teorías que pretenden explicar la aparición del Alzheimer. Algunos autores creen que podría haber causas tóxicas que hagan que las neuronas se vayan degenerando y se acumulen proteínas en el cerebro. Otros piensan que puede ser una infección la que produce las alteraciones neurofibrilares y la muerte neuronal. Por último para muchos autores la causa de la enfermedad es genética, bien por herencia familiar o bien por mutaciones que aparecen en individuos sin antecedentes de esta enfermedad. Los traumatismos, las reacciones autoinmunes (el organismo no reconoce células propias y las ataca) también han sido consideradas como posibles desencadenantes. Ninguna de las teorías excluye por completo a las otras, y ninguna se considera todavía como definitiva.


FACTORES DE RIESGO.
La edad es un factor de riesgo evidente: los pacientes mayores de 65 años tienen un 10% de riesgo de tener la enfermedad, mientras que el riesgo se eleva a casi el 50% en los pacientes mayores de 85 años.
Los antecedentes familiares también son un factor de riesgo, de forma que los individuos cuyos padres o abuelos han tenido demencia tienen más riesgo de desarrollarla.
Existen algunos genes que se han asociado a mayor riesgo de presentar la enfermedad. Sin embargo la enfermedad se considera hereditaria en menos de un 1% de los casos. En el resto de los casos la herencia influye junto con otros muchos factores por lo que se considera 'multifactorial': esto implica que tener un antecedente familiar de Alzheimer aumenta las posibilidades de ser diagnosticado de la enfermedad en el futuro, pero no significa que se vaya a tener obligatoriamente.
Lo pacientes con factores de riesgo vascular (hipertensión, tabaquismo, hipercolesterolemia, diabetes mellitus, fibrilación auricular) tienen un riesgo superior de desarrollar demencia. Es posible que estos factores actúen aumentando las lesiones vasculares en el cerebro, y la unión de lesiones vasculares y lesiones degenerativas permita la expresión clínica de la enfermedad de Alzheimer en muchos casos. Algunos estudios han demostrado que a igual número de lesiones neurodegenerativas la presencia de una lesión vascular puede hacer que aparezca una demencia clínicamente evidente.

La Enfermedad de Alzheimer


La Enfermedad de Alzheimer, la causa más frecuente de demencia en los ancianos, es un trastorno grave, degenerativo, producido por la pérdida gradual de neuronas cerebrales, cuya causa no es del todo conocida. Se trata de una enfermedad muy rara en los pacientes jóvenes, ocasional en los de mediana edad y cada vez más frecuente a medida que se cumplen años.
Algunas de las características de la enfermedad de Alzheimer son:
o   Demencia primaria: tiene causa propia. No es un efecto secundario de cualquier otra enfermedad y/o traumatismo físico o psicológico.
o   Demencia irreversible: sigue un proceso involutivo y no recuperable.
o   Progresiva: una vez iniciada va empeorando paulatinamente.
La enfermedad afecta a las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Aunque cada día se sabe más sobre la enfermedad, todavía se desconoce la causa exacta de la misma.
La demencia es un trastorno cerebral que afecta seriamente a la habilidad de una persona para llevar a cabo sus actividades diarias. Es una deficiencia en la memoria a corto plazo -se olvidan las cosas que acaban de suceder- y largo -se eliminan los recuerdos-, asociada con problemas del pensamiento, del juicio y otros trastornos de la función cerebral y cambios en la personalidad.

martes, 8 de febrero de 2011

Sobre Nosotros

La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Valdemoro (AFAV) es una entidad sin ánimo de lucro creada en 1998 para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer, sus familiares y cuidadores. Entre nuestros objetivos se encuentran: Prestar asistencia psicológica a los familiares de los afectados por la enfermedad de Alzheimer, asesorar a los familiares en materias sanitarias, legales, sociales y económicas, promocionar y difundir conocimientos referentes a la enfermedad de Alzheimer, facilitar, mejorar y controlar todas aquellas medidas de carácter asistencial que afectan a los enfermos, para mejorar su calidad de vida.
Para todo ello desde AFAV llevamos a cabo una serie de actividades y servicios dirigidos tanto a enfermos como a familiares y cuidadores principales; así como a la sensibilización de la sociedad.
Desde este blog queremos contaros todo lo que hacemos de primera mano.