DESINHIBICIÓN
Las
personas con demencia a veces muestran comportamientos que socialmente no están
bien vistos. Por ej. Hacer gestos o comentarios groseros, desnudarse en
público, tocarse o hacer insinuaciones de tipo sexual, pedir abrazos o besos a
personas desconocidas…a medida que el deterioro avanza, algunos factores que
generalmente inhiben la conducta sexual se pueden ver afectados, y la expresión
de los deseos sexuales se hace mucho más abierta, y quizás de un modo
inaceptable para las normas sociales habituales.
¿Qué
hacer?
- Reaccione con calma ante estas conductas, no le regañe. Recuerde en esos momentos que actúa así debido a su enfermedad.
- Dígale de forma suave pero firme que su comportamiento en ese momento no es el más adecuado y distráigale.
- En ocasiones el hecho de que se desnude en público está provocado por tener calor, por resultarle incómoda la ropa que lleva, etc. Analizar estos aspectos y tenerlos en cuenta.
- Pensar que, aunque estas situaciones nos pueden hacer pasar un mal rato en público y provoca que tengamos que dar más explicaciones de las que nos gustaría, debemos aceptar este tipo de conductas, entendiendo que son parte de la enfermedad, intentando normalizarlas para tratar de llevarlas mejor.
DEAMBULACIÓN
ERRANTE/VAGABUNDEO/CONDUCTA MOTORA SIN OBJETIVO
Cuando
hablamos de demencia es normal que los familiares cuenten que la persona se ha
extraviado en más de una ocasión, que deambula sin rumbo por la casa y que abre
cajones y armarios, desordena y vuelve a colocar objetos sin un claro objetivo.
Este comportamiento puede responder a la necesidad de realizar actividad y/o a
la inquietud que se da en el mismo proceso de la enfermedad. También puede
responder a un sentimiento de volver a “su casa” anterior en su vida, o al
sentimiento de volver “al trabajo” o a alguna actividad anterior (cuidar de los
hijos pequeños, por ejemplo).
¿Qué
hacer?
- En ocasiones esta conducta tiene que ver con una baja actividad y es el sentimiento de inactividad y de aburrimiento el que la provoca; otras veces puede tener relación con alguna incomodidad física, necesidad de ir al baño, dolor u otra enfermedad.
- Fomentar la actividad física diaria en la medida de lo posible.
- Mantener a la persona activa puede reducir la inquietud y mejorar este tipo de conductas.
- Intentar involucrar a la persona en las actividades del día a día que todavía puede realizar, como doblar la ropa, barrer, poner la mesa...
- Establecer rutinas.
- Ofrézcale ir al servicio cada cierto tiempo, por si el hecho de querer ir al baño y no saber cómo o dónde está fuese la causa de su inquietud