jueves, 28 de mayo de 2020

PASEOS TERAPÉUTICOS



Hace algunas semanas os hablamos de las actividades significativas, es decir, aquellas que son importantes para nosotros como personas. Muchas de estas actividades se pierden cuando una persona sufre una enfermedad neurodegenerativa, como el Alzheimer o el Parkinson, y supone un gran esfuerzo por parte de las familias y de los terapeutas conocer y poner en valor estas actividades, para que se puedan mantener en el tiempo y evitar sentimientos de frustración, tristeza e incluso agresividad.

El confinamiento que hemos vivido ha dificultado también la realización de algunas de estas actividades, actividades que nos hacen felices y nos realizan como personas. Las relaciones sociales, las visitas de la familia o incluso los paseos por nuestro barrio se han visto interrumpidos y con ellos los beneficios que para las personas con Alzheimer o Parkinson conllevan.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), establece una serie de parámetros de actividad física según la edad. En el caso de las personas mayores de 65 años, la actividad física que se recomienda va a depender en gran medida del nivel de actividad de base que se tenga, pero siempre hay que intentar incluirla dentro de la rutina de nuestras tareas cotidianas.

De esta manera, podemos aprovechar para pasear cuando salimos a hacer nuestras pequeñas compras, cuando cuidamos de los nietos o cuando quedamos para tomar el café de la tarde con los amigos. Incluir una rutina de paseo dentro de nuestras relaciones sociales va a aportarnos beneficios importantes en nuestra salud física, psicológica y emocional.

Como hemos mencionado el confinamiento ocasionado por el coronavirus nos ha obligado a dar de lado esta actividad tan necesaria y placentera, especialmente para personas en situación de vulnerablilidad. Pero todo pasa, y ahora que ya estamos en fase 1, tenemos que empezar a retomarla. 

Con precaución, con seguridad y con ilusión en AFAV comenzamos los paseos terapéuticos, una actividad dirigida, supervisada y ejecutada por profesionales especializados y que permite retomar rutinas a la vez que trabajamos a nivel cognitivo y físico:
  • Estimulamos y mantenemos la deambulación, trabajando la marcha, la postura y el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas.
  • Trabajamos la comunicación, el lenguaje y la atención.
  • Estimulamos la memoria y fomentamos el sentido de la orientación.
  • Trabajamos las actividades instrumentales de la vida diaria, como la compra o el uso del teléfono.
  • Fomentamos las relaciones sociales, el establecimiento de vínculos y disminuimos sentimientos de soledad.
Además, pasear tiene un efecto relajante y puede favorecer el descanso, porque sentirse bien es terapéutico. 

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