La demencia es la pérdida de facultades mentales a consecuencia de un proceso de degeneración cerebral. Al hablar de la demencia es necesario hablar también de las alteraciones conductuales, que aparecen en un 50 - 80 % de las personas diagnosticadas de demencia. Dichas alteraciones conductuales pueden aparecer en las distintas etapas de la enfermedad.
Los síntomas psicológicos y conductuales que aparecen en la demencia son alteraciones que suelen generar un gran sentimiento de frustración y sufrimiento tanto a la propia persona como a la familia y pueden ser determinantes en la progresión de la enfermedad y/o grado de dependencia.
Estas conductas son provocadas por la enfermedad, y se producen porque se dan:
Alteraciones estructurales de áreas cerebrales específicas.
Alteraciones de los neurotransmisores y de la neuromodulación de los mismos (por ejemplo, el déficit de serotonina se asocia a conductas más agresivas, y la depresión se relaciona con la deficiencia de serotonina y norepinefrina).
En relación con estos síntomas, lo primero que hay que recordar es que la persona que tenemos al lado está enferma y no está actuando de manera intencionada.
En segundo lugar, es importante tener presente que no siempre la medicación puede eliminar totalmente estos síntomas conductuales, consiguiendo en ocasiones sólo una disminución en la intensidad o frecuencia de los mismos. Aquí entra en juego la importancia del abordaje no farmacológico de las alteraciones conductuales.
Síntomas psicológicos y conductuales de la demencia
Son síntomas que pueden aparecer en cualquier momento del curso de la enfermedad, pudiendo presentar a la vez más de uno de ellos.
Estos síntomas pueden ser los siguientes:
- Apatía/indiferencia
- Depresión/ansiedad
- Alucinaciones
- Alteraciones del sueño
- Delirios/suspicacia/desconfianza/confusión
- Agresividad/agitación/irritabilidad/oposicionismo
- Desinhibición
- Deambulación errante/caminar sin destino/conducta motora sin objetivo
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