El año 2020 llega a su fin, siendo un año marcado por
la pandemia COVID-19 que nos ha obligado
a mantener distancia social y pasar más tiempo en casa de lo habitual. El
periodo navideño suele ser una época importante para muchas familias, pero que
puede llegar a convertirse en un reto cuando hay una persona con diagnóstico de
demencia.
Desde AFAV queremos daros algunos consejos para disfrutar estas fiestas, ya sea que las paséis con más miembros de la familia, como a solas con un familiar con demencia.
MANTENER UNA RUTINA ESTABLE EN ENTORNO CONOCIDO
Es cierto que durante las navidades es inevitable que cambie parte de nuestra rutina, como tener mayores reuniones sociales o diferentes horarios para las comidas. Sin embargo, cuando pasamos la navidad con una persona con demencia, resulta esencial que las rutinas se mantengan lo más estables posibles, y a poder ser que las celebraciones sean en un entorno ya conocido. Para lograr la nombrada estabilidad, también hay que cuidar que en las reuniones sociales no haya demasiado ruido o hablen muchas personas a la vez; al tiempo que hay que estar pendientes de que en las salas no haya demasiada luz o carencia de ella. Para la decoración de la casa se puede optar por adornos que no impliquen muchos cambios lumínicos, y a la hora de invitar a gente al domicilio se les debe de recomendar que no alcen la voz y que respeten los turnos de palabra. Una persona con demencia no puede procesar correctamente varios estímulos a la vez, por lo que debemos ser los responsables de que no se sientan desbordados.
Anime a su familiar a participar en las conversaciones y eventos, pues aunque tenga dificultades cognitivas, no tiene problemas para experimentar emociones.
En esta época de año, en la que se pasa mucho tiempo en casa, una buena opción es planificar actividades junto a el familiar con demencia. Decorar la casa en conjunto, ver álbum de fotos, permitirles que colaboren en alguna preparación de comidas, o jugar a juegos de mesa, pueden ser una excelente forma de que se involucren en el ambiente navideño. No se debe dejar de lado la actividad cognitiva ni la necesidad de hacer ejercicios físico en estas fechas, pues eso debe formar siempre parte de su rutina y horario.
Durante una cena o comida en la que haya más personas invitadas, es conveniente que la persona con demencia ocupe la misma silla en la que suele sentarse normalmente. Reducir el número de cubiertos y vajilla puede disminuir la confusión y no generar agitación. Se debe cuidar también de la cantidad de comida que ingieren, pues en ocasiones las personas con demencia tienen dificultades para tener conciencia de estar llenos, lo que les lleva a comer en exceso.
Si durante la celebración de las fiestas navideñas la persona con demencia se altera, la mejor opción es acompañarle hasta otra sala en la que desviemos su atención, y distraerle con la realización de alguna actividad placentera (música, juegos, etc.).
ADAPTAR LAS FIESTAS AL CORONAVIRUS
Este año 2020 merece un apartado especial, en el que poder hablar de las limitaciones que implica el distanciamiento social como prevención ante el contagio por COVID-19. Es posible que estas navidades muchas personas las pasen solas o junto a su familiar con demencia. A lo largo de todo el año hemos ido desarrollando estrategias para que la soledad física no signifique una soledad emocional, pues aunque no se pueda compartir la mesa con miembros de la familia sí se puede estar unidos emocionalmente.
Algunas ideas para estar conectados y disminuir el sentimiento de soledad, son:
➢ Realizar llamadas telefónicas donde se rememoren otras
navidades o anécdotas importantes.
➢ Comer o cenar manteniendo una videollamada con
nuestros seres queridos.
➢ Mandar o recibir videos de otros miembros de la
familia.
➢ Disfrutar de una película o juego de mesa.
➢ Escribir postales a familiares o amigos.
➢ Escuchar música.