jueves, 19 de diciembre de 2013

4€ X 12meses=+ Ayuda a enfermos y familias

El día 1 de enero comenzamos año y con el nuevos propósitos, entre ellos puede estar el de ayudar a los demás, porque no.
Con tan solo 4 € al mes puedes hacerte socio y a la vez colaborar con AFAV ayudando a mantener los talleres de psicoestimulación dirigido a enfermos, y ofreciendo atención especializada a los enfermos y a sus familias, que viven en primera persona esta enfermedad.
Tal como dice el cartel alusivo multiplicas por 4 € la sabiduría, la experiencia y los recuerdos de quienes nos necesitan.
Hazte socio, colabora ya.
 
Una antigua socia nos ha ofrecido su testimonio y una carta que sin duda os llegará al corazón.
 
Valdemoro diciembre de 2013

Era invierno, seguramente noviembre, el mes que me pasan las cosas importantes, recuerdo las veces que pasee la acera para arriba y para abajo de Estrella del Elola pensando en si debía entrar o no, pero la decisión estaba tomada, ellos se venían aquí, con nosotras, sus hijas. Habíamos decidido que era lo mejor, aunque no supiéramos bien como lo íbamos a hacer pero había que cuidarla, ella se lo merecía todo, al fin y al cabo a pesar de la niebla que la envuelve sigue cuidándonos continuamente.
Me decidí a pasar y a preguntar que hacían allí con las personas que tienen la enfermedad de la memoria como la llama Ella, mucho mejor que cualquier otra cosa hija, porque anda que no hay cosas peores…, me dice cada vez que le digo que no se preocupe porque no sepa salir de casa sola o porque ya no sepa elegir un vestido,  ¡con lo guapísima que iba siempre ella!, con la facilidad que elegía y que decidía la compra, las vacaciones, el trabajo, todo; era el pilar, la cabeza pensante de la familia, ahora es nuestra pequeña mujer como la llama su nieto, y yo me digo: “como si hubiera algo peor que perder lo único que no se puede perder los recuerdos, la esencia de la vida”.
Cuando entré vi que había muchas personas como Ella y que había gente que me escuchaba y me entendía que dentro de mi angustia podía tener un lugar donde poder dejarla unas horas entre personas como ella e incluso peores y eso la iba a venir bien, la iban a ayudar, por fin un sitio en el que podíamos confiar y compartir con otros familiares la misma angustia y la misma pena, pero sobre todo Él, su compañero fiel, su bastón, su guía, su memoria, su médico, su enfermero, su cocinero, su chofer, podría descansar 3 tardes a la semana aunque solo fueran 3 horas, porque si alguien tiene mérito en esto es Él, mi padre, por mucho que queramos hacer nosotras, el que sufre esto es Él, el que mira y ya no la ve es Él, y eso, eso sí que es terrible.
Tal vez cuando leas esto pienses que todavía no ha llegado lo peor y seguro que tendrás razón, intento prepararme cada día para poder afrontarlo, entre todos como siempre, pero mientras tanto sé que cuando ella va al cole como ella dice, está contenta, está cuidada, haciendo cosas que la vienen bien y él está tranquilo,
Sé que tarde o temprano, ya no podrá ir, seguramente ella olvidará los nombres y las caras de las personas que la han ayudado mientras estuvo allí, lo que no olvidará será que había un lugar en el que durante un tiempo ella recibió afecto, cariño y nosotros una ayuda inestimable.
Por eso, el motivo de mi carta es recordarte que estamos aquí, ojala nunca necesites la misma ayuda que nosotros, pero si así fuera, ellos, la asociación de Alzheimer de Valdemoro, estarán ahí, y que mientras puedas recordar NO OLVIDES NUNCA que todavía existimos personas que necesitamos ayuda y que ahora es muy difícil que alguien nos apoye para seguir adelante, parece ser que no hay dinero para estas cosas, hay otras “más importantes”, las subvenciones desaparecen, las obras sociales recortan su presupuesto... sólo nos quedas tú que sabes lo importante que es esto y tampoco es tanto lo que pedimos son sólo 4 euros al mes y el compromiso de que no nos vas a dejar solos, que esto es muy difícil y muy duro, si no nos ayudamos nosotros mismos  ¿quién nos va a ayudar?.
Quiero confiar en las personas porque en las administraciones y en los políticos y en la ley de dependencia cada día confío menos, no me defraudes tu también.

Un abrazo.
Alicia- Familiar de una enferma de Alzheimer y socia de AFAV

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