¿Sabías que la enfermedad de Alzheimer
(EA) es la causa de demencia más frecuente y sin embargo hasta un 30% de casos
queda sin diagnosticar?
Se trata de una enfermedad
neurodegenerativa que afecta a la memoria (a la capacidad de retener nueva
información, en un primer momento) aunque también se pueden ver afectadas otra
serie de procesos cognitivos como el lenguaje, orientación, cálculo o
percepción espacial, entre otras. Este proceso interfiere en la capacidad
funcional de individuo afectando a su rendimiento laboral, actividad social y
de ocio y que en último término da lugar a la demencia [1].
El interés por su estudio ha ido
creciendo en los últimos años puesto que el aumento de la esperanza de vida
hace que tengamos cada vez una población más envejecida, en las que surgen
patologías que antes quedaban menos visibles.
Según la Organización Mundial de la Salud, la EA, está situada entre las
10 causa de muerte principales en todo el mundo [2]. Este dato contrasta sin
embargo con el de que un porcentaje no pequeño de casos (hasta el 30% según la
Sociedad Española de Neurología) no se diagnostica o no figura en las estadísticas
oficiales [3].
Algunos de los motivos de este infradiagnóstico pueden ser [4]:
- Bajo o poco conocimiento de la conciencia de enfermedad en los pacientes y familia, llegando a considerar los síntomas como parte de un envejecimiento normal.
- Test de cribado insensibles en atención primaria en la detección de casos leves. Detección sólo de casos más graves o cuando aparecen otros trastornos de conducta asociados.
- En atención especializada, bajos recursos para el diagnóstico o escaso tiempo que disponen para cada consulta.
Además, en ocasiones, puede haber
comorbilidad con otras patologías como trastornos de ánimo, como depresión, ya
que existen síntomas comunes entre esta entidad y demencia en su etapa inicial,
lo que dificulta el diagnóstico [5].
A día de hoy, aún no existe un
tratamiento curativo de la enfermedad, pero existe tratamiento para los síntomas
de la misma. Se hace fundamental el destinar recursos que fomenten la
investigación (ensayos clínicos de fármacos) así como métodos diagnósticos y
pronósticos más eficaces (biomarcadores, técnicas de neuroimagen, aumentar los
tiempos disponibles en las consultas de atención primaria y especializada, baterías
neuropsicológicas que permitan diferenciar entre diferentes perfiles cognitivos
y deterioro cognitivo leve) [6,7,8]. Disponer
de un diagnóstico precoz va a permitir iniciar lo antes posible tratamientos
tanto farmacológicos (sintomatológicos) como no farmacológicos, que mejoren la
calidad de vida de la persona que sufre la enfermedad, fomentando al máximo su
autonomía; y de las personas que conviven con ella, reduciendo la carga
sanitaria, social y económica.
Destinar campañas de
concienciación y promoción de la salud en este aspecto en la población también
puede ayudar a mejorar las cifras de infradiagnósitico de EA para que el
tratamiento llegue lo antes posible a la persona que la padece [3]. Desde AFAV,
queremos poner empeño en este último aspecto en este día tan señalado.
Desde la asociación contamos con
un equipo multidisciplinar especializado que te puede asesorar de la mejor manera
posible si te encuentras en esta situación o conoces a alguien que pudiera
padecer la enfermedad. Centramos nuestro esfuerzo también en la intervención de
aspectos físicos, cognitivos, psicológicos y sociales ante un caso de
diagnóstico de Alzheimer y otras enfermedades que desembocan en demencia, tanto
para la persona que la padece como para sus familiares.
Somos conscientes de la
importancia de un diagnóstico precoz de la enfermedad para que se puedan
obtener los mayores beneficios posibles en su intervención temprana.
No esperes a que sea demasiado
tarde y ponte en manos de profesionales lo antes posible.
Fuentes:
1. 2021 Alzheimer’s disease facts and figures. (2021).
Alzheimer’s & Dementia, 17(3), 327-406. https://doi.org/10.1002/alz.12328
3. Día mundial del alzheimer 2021.
(s. f.). 26.
4. Villarejo Galende, A., Eimil
Ortiz, M., Llamas Velasco, S., Llanero Luque, M., López de Silanes de Miguel,
C., & Prieto Jurczynska, C. (2021). Informe de la Fundación del Cerebro.
Impacto social de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Neurología,
36(1), 39-49. https://doi.org/10.1016/j.nrl.2017.10.005
5. Iribarne, C., Renner, V., Pérez,
C., & de Guevara, D. L. (2020). Trastornos del Ánimo y Demencia. Aspectos
clínicos y estudios complementarios en el diagnóstico diferencial. Revista
Médica Clínica Las Condes, 31(2), 150-162.
https://doi.org/10.1016/j.rmclc.2020.02.001
6. López Yes, N. F., Moscoso
Figueroa, A. L., Monzón Girón, M. A., Maldonado Hernández, K. J., & Toledo
Jacobo, M. (2021). Factores de prevención temprana en enfermedad de Alzheimer.
Revista Académica CUNZAC, 4(2), 31-37. https://doi.org/10.46780/cunzac.v4i2.41
7. Petersen, R. C., Roberts, R. O., Knopman, D. S., Boeve, B. F., Geda,
Y. E., Ivnik, R. J., Smith, G. E., & Jack, C. R. (2009). Mild Cognitive
Impairment: Ten Years Later. Archives of Neurology, 66(12). https://doi.org/10.1001/archneurol.2009.266
8. Litvan, I., Goldman, J. G., Tröster, A. I., Schmand, B. A.,
Weintraub, D., Petersen, R. C., Mollenhauer, B., Adler, C. H., Marder, K.,
Williams-Gray, C. H., Aarsland, D., Kulisevsky, J., Rodriguez-Oroz, M. C.,
Burn, D. J., Barker, R. A., & Emre, M. (2012). Diagnostic criteria for mild
cognitive impairment in Parkinson’s disease: Movement Disorder Society Task
Force guidelines: PD-MCI Diagnostic Criteria. Movement Disorders, 27(3),
349-356. https://doi.org/10.1002/mds.24893
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