lunes, 30 de marzo de 2020

MÚSICA Y SALUD





Desde la antigüedad la música ha sido un elemento importante en la vida de las personas.

A lo largo de la historia la música ha ido acompañando a los seres humanos y a la evolución de los mismos, convirtiéndose en algo fundamental sin lo que podríamos vivir.

Se utilizaba en fiestas tanto populares como de la realeza, ha estado ligada a actos religiosos, etc.

Está comprobado que cuando una persona escucha una canción que le gusta, a nivel cerebral se producen una serie de cambios muy beneficiosos para la salud. En concreto se libera una hormona llamada dopamina, un neurotransmisor que se produce en muchas partes del sistema nervioso.

La dopamina interviene en múltiples procesos cerebrales tales como el comportamiento, la cognición, el aprendizaje, la activación motora, el sueño, la motivación, el placer…

Si tenemos esto en cuenta, podemos comprender por qué en la actualidad la música se utiliza como herramienta terapéutica en muchos ámbitos. A esto se le llama Musicoterapia, y según la Federación Mundial de Musicoterapia, tiene como función restaurar y promover las funciones de las personas para lograr una mejor integración con su entorno y una mejor calidad de vida a través de la prevención, la rehabilitación y tratamiento.

Por ejemplo, en los enfermos de Parkinson la utilización de la música en las sesiones de tratamiento reporta importantes beneficios íntimamente relacionados con la liberación de dopamina. En el Parkinson, la disminución de este neurotransmisor genera importantes problemas motores que dificultan el día a día de quien lo sufre.

El utilizar los ritmos que nos aporta la música para solventar los bloqueos a la hora de por ejemplo caminar que estos enfermos suelen sufrir, es algo muy típico en los tratamientos rehabilitadores.

Además, al escuchar las melodías se generan diferentes emociones que nos ayudarán a generar movimientos más espontáneos y naturales.

Muchos enfermos de Parkinson presentan dificultades al hablar (tono de voz bajo y tembloroso, con dificultad a la hora de articular las palabras entre otros). El utilizar una melodía o canción conocida por ellos y permitir que la canten en voz alta va a favorecer el trabajo de todos los músculos articulatorios del lenguaje y favorecer su fortalecimiento.

Todo esto sin olvidar el placer que nos produce el canto y el movimiento como instrumento para expresar emociones.

En las demencias, el uso de la música también supone una herramienta muy valiosa.

Podemos generar recuerdos espontáneos y aprovecharlos para poder trabajar aspectos tan alterados en estos enfermos como la memoria y la orientación.
En el caso de que existan trastornos de conducta las melodías pueden ayudarnos a tranquilizar a los enfermos y orientarlos hacia la actividad.

Estudios recientes están demostrando que, incluso en enfermos de Alzheimer en fases severas, la música genera activaciones en el cerebro que de otra forma no se producirían.

En definitiva, podríamos decir que la música es un recurso terapéutico para acceder a una parte sana del cerebro.

Por último, os planteamos un reto para poner en práctica todo lo que os hemos contado.

¿Podríais decir a qué canción pertenece esta letra? ¿Quién la canta?



¡Y ahora todo el mundo a cantar!
Si pincháis debajo podréis escuchar y cantar la canción completa.


Y recordad, aunque sea en casa cantar y bailar genera felicidad.
¡¡Feliz lunes a todos!!

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