jueves, 8 de mayo de 2025

SOLEDAD NO DESEADA

 


La soledad no deseada es un problema silencioso que afecta cada vez a más personas y supone una fuente de sufrimiento, limitando su derecho de participación en la sociedad.

La soledad no deseada tiene consecuencias negativas para la salud y el bienestar y en consecuencia conlleva unos costes sociales y económicos muy importantes. Por ello, la lucha contra la soledad se ha convertido en un reto para las administraciones y la sociedad en general.

La soledad no deseada se puede definir como:

“La experiencia personal negativa en la que un individuo tiene la necesidad de comunicarse con otros y percibe carencias en sus relaciones sociales, bien sea porque tiene menos relación de la que le gustaría o porque las relaciones que tiene no le ofrecen el apoyo emocional que desea”.

La soledad es un fenómeno de importancia creciente. En España se estima que el 20% de las personas sufren soledad no deseada, afectando más a mujeres que a hombres.

Por edades, los jóvenes son los que más soledad no deseada sienten. En los siguientes tramos de edad, la soledad no deseada va descendiendo progresivamente, y vuelve a subir en las personas de 75 años y más.

La soledad no deseada es mayor en las personas con discapacidad, en las personas con origen migratorio o en las personas LGTBI+. Además, la mitad de las personas con problemas de salud mental sufren soledad no deseada.

¿Qué factores influyen en la soledad no deseada?

  • Vivir solo/a. Las personas que viven solas tienen mayor riesgo de sentirse solas que las personas que conviven con otras.
  • Eventos vitales, como la pérdida de un ser querido o una separación pueden alterar las relaciones cotidianas de una persona, sometiéndola a una etapa de aislamiento o de soledad, que posteriormente puede superarse o de lo contrario, cronificarse.
  • La edad es un factor de riesgo relevante para la soledad. Las personas mayores tienen una incidencia de la soledad no deseada mayor.
  • La discapacidad. La incidencia de la soledad no deseada es superior a la de la población en general.
  • La salud. Las personas con mala salud tienen más probabilidad de sentirse solas o socialmente aisladas.
  • La renta. Las personas con menores niveles de renta tienen una menor seguridad económica, bienestar y peores condiciones de vida, lo que afecta a su capacidad para optimizar y diversificar sus relaciones sociales, influyendo en la soledad.

La soledad no deseada tiene una serie de consecuencias

  • Costes a nivel individual: la soledad tiene múltiples consecuencias a nivel individual, entre otras repercute de forma negativa en el estado anímico, la satisfacción de las necesidades vitales, en la relación con el entorno, en el acceso a los bienes y servicios, en la seguridad y en su calidad de vida en general. La soledad no deseada constituye un factor de riesgo para la salud mental, para la depresión y para otras patologías. La soledad entraña también riesgos para la salud física, favoreciendo, por ejemplo, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
  • Costes a nivel social: la soledad no deseada supone costes a nivel social, especialmente en los sistemas de salud y en el consumo de medicamentos. La soledad favorece un mayor uso de los servicios de salud y sociosanitarios, especialmente cuando deriva en depresiones, agrava enfermedades o requiere cuidados sociales.

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