Ponemos a vuestra disposición la Guía de comunicación sobre la soledad de las personas mayores, con el propósito de proporcionar a agentes sociales y medios de comunicación las herramientas necesarias para tratar de manera correcta y constructiva el fenómeno social de la soledad de las personas mayores, huyendo de estereotipos y prejuicios que fomenten discriminación del colectivo.
miércoles, 28 de mayo de 2025
GUÍA DE COMUNICACIÓN SOBRE LA SOLEDAD DE LAS PERSONAS MAYORES
miércoles, 21 de mayo de 2025
RECUPERAR, CREAR Y CUIDAR: JARDÍN VERTICAL CON USUARIOS DEL SERVICIO DE PARKINSON
En el Servicio de Parkinson hemos puesto en marcha una actividad que une lo lúdico, lo terapéutico y lo ecológico: la rehabilitación de un palet de madera para convertirlo en un jardín vertical. Esta iniciativa no solo embellece el entorno de nuestros talleres, sino que también se convierte en una excelente herramienta de trabajo terapéutico para nuestros usuarios.
¿En qué consiste la actividad?
La propuesta tiene como objetivo restaurar de forma colaborativa un palet de madera, que se transformará en un jardín vertical ubicado en la entrada del centro. A través de este proceso, los usuarios no solo participan activamente en tareas manuales, sino que también toman decisiones en grupo sobre el diseño, los colores y las plantas que se colocarán.
Cada tarea está guiada y adaptada por la terapeuta ocupacional, quien tiene en cuenta las capacidades individuales de cada participante. Además, una vez finalizado, el mantenimiento del jardín también será responsabilidad de los propios usuarios, con el acompañamiento del equipo terapéutico.
¿Qué trabajamos con esta actividad?
Este tipo de actividad estimula de forma integral diversas capacidades:
Cognitivas
- Organización y planificación: los usuarios deben estructurar los pasos a seguir.
- Trabajo en equipo y habilidades sociales: la colaboración es esencial para lograr el objetivo común.
- Toma de decisiones: cada participante elige cómo decorar el palet y qué plantas utilizar.
Motoras
- Equilibrio y bipedestación: algunos pasos requieren permanecer de pie y moverse alrededor del espacio de trabajo.
- Movilidad del miembro superior: fundamental para todas las fases del proyecto.
- Destreza fina y gruesa: actividades como lijar, pintar, colocar macetas o trasplantar estimulan la coordinación y la precisión manual.
- Fuerza en manos y brazos: necesaria para manipular herramientas y materiales (lijas, brochas, macetas, regaderas, etc.).
Esta actividad es mucho más que restaurar un objeto: es un proceso que empodera, estimula y conecta a las personas con su entorno y con los demás. Una forma de cultivar no solo plantas, sino también habilidades, motivación y bienestar.
¿Te animas a replicarlo? Recomendaciones para hacerlo en casa
Este tipo de actividad es fácilmente adaptable a distintos entornos. Aquí te dejamos algunas claves para ponerla en marcha:
Materiales básicos
Palet
- Lijas para madera
- Guantes
- Brochas
- Pintura o barniz para madera
- Taladro para fijar en la pared
- Tiestos
- Plantas
- Tierra
Pasos sugeridos
- Planificación en grupo: decidir en conjunto qué diseño tendrá el jardín y qué plantas se usarán.
- Preparación del palet: lijar y pintar, teniendo en cuenta los gustos y capacidades de los participantes.
- Montaje: instalar los bolsillos o macetas en el palet y rellenarlos con tierra y plantas.
- Colocación en el espacio elegido: buscar un lugar visible y accesible.
- Seguimiento: establecer turnos o responsabilidades para el cuidado de las plantas.
Adaptaciones terapéuticas
- Divide las tareas por niveles de complejidad.
- Utiliza herramientas adaptadas si es necesario (mangos ergonómicos, regaderas ligeras).
- Refuerza la comunicación y la toma de decisiones con apoyos visuales o facilitadores.
- Involucra a familiares o amigos para enriquecer la experiencia social.
Crear un jardín vertical no solo transforma un espacio físico: también siembra motivación, autoestima y bienestar. Una actividad sencilla, sostenible y cargada de significado.
jueves, 8 de mayo de 2025
SOLEDAD NO DESEADA
La soledad no deseada es un
problema silencioso que afecta cada vez a más personas y supone una fuente de
sufrimiento, limitando su derecho de participación en la sociedad.
La soledad no deseada tiene
consecuencias negativas para la salud y el bienestar y en
consecuencia conlleva unos costes sociales
y económicos muy importantes. Por ello, la lucha contra la
soledad se ha convertido en un reto para las administraciones y la sociedad en
general.
La soledad no deseada se puede
definir como:
“La experiencia personal
negativa en la que un individuo tiene la necesidad de comunicarse con otros y
percibe carencias en sus relaciones sociales, bien sea porque tiene menos
relación de la que le gustaría o porque las relaciones que tiene no le ofrecen el
apoyo emocional que desea”.
La soledad es un fenómeno de
importancia creciente. En España se estima que el 20% de las personas sufren
soledad no deseada, afectando más a mujeres que a hombres.
Por edades, los jóvenes son los
que más soledad no deseada sienten. En los siguientes tramos de edad, la
soledad no deseada va descendiendo progresivamente, y vuelve a subir en las
personas de 75 años y más.
La soledad no deseada es mayor en
las personas con discapacidad, en las personas con origen migratorio o en las
personas LGTBI+. Además, la mitad de las personas con problemas de salud mental
sufren soledad no deseada.
¿Qué factores influyen en la soledad no deseada?
- Vivir solo/a. Las personas que viven
solas tienen mayor riesgo de sentirse solas que las personas que conviven
con otras.
- Eventos vitales, como la pérdida de un
ser querido o una separación pueden alterar las relaciones cotidianas de
una persona, sometiéndola a una etapa de aislamiento o de soledad, que
posteriormente puede superarse o de lo contrario, cronificarse.
- La edad es un factor de riesgo
relevante para la soledad. Las personas mayores tienen una incidencia de
la soledad no deseada mayor.
- La discapacidad. La incidencia de la
soledad no deseada es superior a la de la población en general.
- La salud. Las personas con mala salud
tienen más probabilidad de sentirse solas o socialmente aisladas.
- La renta. Las personas con menores
niveles de renta tienen una menor seguridad económica, bienestar y peores
condiciones de vida, lo que afecta a su capacidad para optimizar y
diversificar sus relaciones sociales, influyendo en la soledad.
La soledad no deseada tiene una serie de consecuencias
- Costes a nivel individual: la soledad tiene múltiples consecuencias a nivel individual, entre otras repercute de forma negativa en el estado anímico, la satisfacción de las necesidades vitales, en la relación con el entorno, en el acceso a los bienes y servicios, en la seguridad y en su calidad de vida en general. La soledad no deseada constituye un factor de riesgo para la salud mental, para la depresión y para otras patologías. La soledad entraña también riesgos para la salud física, favoreciendo, por ejemplo, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
- Costes a nivel social: la soledad no deseada supone costes a nivel social, especialmente en los sistemas de salud y en el consumo de medicamentos. La soledad favorece un mayor uso de los servicios de salud y sociosanitarios, especialmente cuando deriva en depresiones, agrava enfermedades o requiere cuidados sociales.