La Navidad, a pesar de ser una época llena de festividades y alegría, puede ser especialmente difícil para aquellos que enfrentan la soledad en estas fechas, en particular, para las personas mayores. Con tan sólo un poco de atención al adulto mayor, podemos transformar la experiencia navideña, convirtiéndola en un momento de conexión, alegría y amor compartido.
Las fechas
especiales, suelen ir de la mano de la nostalgia y el recuerdo de aquellos que
ya no están. El denominado "síndrome de la silla vacía", ese espacio hueco que dejan los que ya se han
ido, se presenta con fuerza en los hogares de las personas mayores. Este
síndrome representa la ausencia física de aquellos que ya no están y también
simboliza la carga emocional que persiste en los corazones de quienes quedan
atrás. Este fenómeno se manifiesta como un recordatorio constante de los seres
queridos ausentes, intensificando la sensación de soledad. Este doloroso vacío
afecta profundamente la experiencia festiva, convirtiendo muchas veces un
periodo que debería ser de alegría en un recordatorio de las pérdidas.
La ausencia
de afecto y atención puede resultar igual de perjudicial que la falta de un
tratamiento médico adecuado. En este sentido, hay dolencias que mejoran mediante
el contacto directo con otras personas.
La soledad
es un factor determinante a la hora de aumentar el deterioro físico y psíquico
de nuestros mayores. Hablar con ellos, acompañarlos y hacer que se sientan
queridos y protegidos tiene que ser una constante los 365 días del año pero
especialmente en días tan señalados como los de la Navidad. Las navidades en
soledad ponen en riesgo la autoestima, aceleran el deterioro cognitivo, conduce
a la reclusión en el hogar y el aislamiento y aumentan la posibilidad de sufrir
enfermedades cardiovasculares. La
participación y el contacto social son
fundamentales, o imprescindibles ya que somos seres sociales y necesitamos
mantener el contacto con otros para ahuyentar la soledad y la ansiedad, así
como para mantener el bienestar.
Por todo lo anterior, contemos con
ellos para disfrutar de estas fechas. Disfrutemos de su compañía y calidez, de
su experiencia y escuchemos con paciencia sus historias pues, al fin y al cabo,
todos algún día seremos ellos.
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