lunes, 22 de junio de 2020

Cuidarse para poder cuidar, higiene postural del cuidador


Se entiende por higiene postural, todas aquellas normas que sirven para evitar los “vicios” posturales adquiridos durante el desarrollo de las actividades de la vida y el trabajo diario. Nos ayuda a transformar las posiciones que aunque nos parezcan más cómodas o descansadas, están afectando de manera negativa a nuestra salud física.

Por ello, es importante siempre mantener buenas posturas para evitar posibles lesiones cuando realizamos transferencias y movilizaciones con nuestro familiar. 

Lo primero que tiene que procurar el cuidador es concienciarse de lo importante que resulta cuidarse a sí mismo, para poder seguir prestando esa ayuda tan necesaria para la persona en situación de dependencia.

Aquí os dejamos unas pautas, que esperamos os sirvan de ayuda:

Consejos para cuidarse usted:

  • Proteja su espalda, utilizando las posturas correctas para movilizar a la persona que ayuda y también, para su día a día.
  • Procúrese un entorno lo mas cómodo posible.
  • Infórmese de los productos de apoyo disponibles para ser usados por usted, y que puedan aliviar su carga física.
  • Analice la situación y adapte sus cuidados a la evolución de la enfermedad.
  • Infórmese de los recursos que existen en su comunidad autónoma para apoyarle.
  • Pida ayuda a familiares, profesionales sanitarios y servicios sociales.
  • No se aísle. Procure mantener sus relaciones sociales fuera del entorno de cuidados.
  • Manténgase en forma. Camine regularmente, haga una tabla de ejercicios, estiramientos, incluso trabaje su estado y agilidad mental.
  • Fórmese. Le vendrá bien que alguien desde fuera le recuerde (aunque ya lo sepa), como tiene que hacer algunas cosas.
  • No se abandone y vigile su salud. Acuda al médico si lo necesita.

Consejos para cuidar mejor:

  • Dele seguridad a su familiar, contándole y explicándole que va a hacer.
  • De tiempo suficiente para realizar la actividad.
  • Adapte el entorno donde presta los cuidados, eliminando mobiliario innecesario o en mal estado.
  • Planifique los movimientos para evitar caídas.
  • Adecue el cambio de cambios posturales a las necesidades de la persona a la que atiende.
  • Mantenga la alineación corporal de la persona dependiente en las movilizaciones y cambios posturales.
  • Favorezca e incentive la actividad de la persona a la que ayuda, permitiéndole colaborar siempre.
  • Proporcione productos de apoyo antes que ayudar, y anímele a que los utilice. Esto le hará más independiente.
  • Preste ayuda cuando realmente lo necesite.
  • Observe cualquier variación diaria y adapte sus cuidados a ello.

Buenas prácticas durante la movilización:

  • Intenta mantener tu piel y la de tu familiar seca para evitar lesiones por fricción.
  • Intenta hacer fuerza con tus piernas y no con la espalda a la hora de levantar o movilizar a la persona dependiente. Para ello, separa los pies, para tener una mayor base de apoyo y pisa con toda la planta del pie y no de puntillas.
  • Mantén a la persona dependiente cerca del cuerpo, sin extender en exceso los brazos.
  • Realiza los giros sobre tus piernas y no sobre el abdomen y espalda.
  • Evita la inclinación de tronco hacia delante con extensión de rodillas, ya que esta postura resulta muy perjudicial para la espalda.

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