martes, 25 de febrero de 2025

NUTRICIÓN Y PARKINSON

 


Las complicaciones no motoras en la nutrición en pacientes con enfermedad de Parkinson

El problema más directo que puede conllevar no seguir una alimentación variada y saludable es el estado físico del paciente, pero hay algunos síntomas no motores gastrointestinales que afectan directamente a la forma que tenemos de masticar o comer:

  • El babeo. La persona mueve menos la boca, por lo que traga menos o peor.
  • La disfagia. Falta de coordinación en el acto de tragar.
  • Cambios de peso inexplicables.
  • Estreñimiento.
  • Náuseas y vómitos.

Para mejorar este tipo de síntomas no basta con una dieta para enfermos de Parkinson, hay que recurrir tanto a la ayuda de fármacos (que aumenten el tiempo ON, es decir, la estabilidad del afectado) pero también a “trucos” para comer de forma más fácil. Usar espesantes para líquidos, cantidades pequeñas de alimentos, comer sentando mientras inclina la cabeza hacia delante, ir despacio, controlando cada paso.

 

Dieta para enfermos de Parkinson

El desgaste energético que supone una enfermedad como el Parkinson hace que la mayoría de los pacientes presenten más necesidades nutricionales.

Lo primero, el horario de tomas: es recomendable seguir una dieta con tres comidas principales al día y dos secundarias.

Después, la hidratación. El exceso de sudoración que muchos pacientes de Parkinson sufren y el mayor esfuerzo, exige una mayor ingesta de líquidos.

En cuanto a nutrientes, podemos englobar cuatro de ellos que son de vital importancia en personas con esta enfermedad:

  • Las grasas deben ser en su mayoría saludables, por ejemplo, las de origen vegetal (aguacate, frutos secos) pescados azules y carne blanca. Se deben evitar los ultra procesados y los fritos.
  • Las verduras y frutas ayudan tanto con la hidratación como contra el estreñimiento. En especial, las semillas de chía y las ciruelas.
  • Los azúcares, mejor evitarlos, al menos los simples (bollería y zumos industriales, azúcar blanco y moreno…). Mejor recurrir a hidratos como verduras y frutas, antes mencionadas, o cereales, arroz y pasta integral.
  • Las proteínas cobran verdadera importancia pues ayudan a formar, reparar y mantener músculos, huesos y otros tejidos. Utiliza pescado, huevos, legumbres, lácteos y carnes magras. Las proteínas vegetales son ricas en fibra y bajas en grasa.

Básicamente, una dieta para enfermos de Parkinson no difiere mucho de una dieta saludable que todos debiéramos asumir, aunque los cambios más importantes se encuentren en la forma de ingerir los alimentos, además de coordinar las horas de comer con los fármacos.

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