jueves, 27 de julio de 2023

Síntomas psicológicos y conductuales en la demencia (cuarta parte)



DELIRIOS/SUSPICACIA/DESCONFIANZA/​CONFUSIÓN

La pérdida de memoria, pérdida auditiva y la confusión pueden hacer que una persona con demencia perciba las cosas de manera errónea y malinterpreten lo que ven y oyen.​

A medida que la enfermedad progresa con frecuencia la persona no es capaz de reconocer personas y lugares y elabore historias “falsas” que ella vive como si fueran reales.​

Ej: “ La cuidadora me roba o la cuidadora me quiere envenenar…”.​

¿Qué hacer?

  1. Tratar de reaccionar con calma y no poner nervioso al enfermo
  2. Intente tranquilizar a la persona, pero no insista en la irrealidad del asunto, ya que podemos provocar mayor inquietud e incluso agresividad por su parte.
  3. Evite regañarle y utilizar el "NO". Es mejor usar frases como "yo creo", "creo que es mejor", etc.​
  4. Si ese delirio no le provoca inquietud emocional, permita que su familiar lo exprese, escúchele y luego cámbiele de tema.​
  5. Si usted es parte implicada en el pensamiento delirante, intente que otra persona intervenga para reconducir su atención a otra conversación o actividad.​
  6. Actividades como ayudar en tareas del hogar, ayudar a preparar la comida o cualquier otra cosa que sea de su agrado, le ayuda a orientarse en la realidad y puede reducir la intensidad del delirio en ese momento. ​

AGRESIVIDAD/AGITACIÓN/IRRITABILIDAD/​OPOSICIONISMO

Algunos pacientes pueden presentar agresividad verbal y/o física sin razón aparente y de manera repentina. Otros responden de esta manera ante situaciones que les generan frustración. En ese sentido, es muy importante identificar las situaciones que pueden llevar a la persona a ponerse agresiva ya que saberlo nos ayudará a prevenirlas. La persona con demencia muchas veces reacciona con agresividad porque se siente amenazada, al haber perdido la capacidad de interpretar el entorno o las cosas que nosotros hacemos.​

¿Qué hacer?

  1. Mantener siempre la calma y mostrarse tranquilizador. Háblele despacio, con un tono de voz suave. Ponerse nervioso o utilizar la fuerza para controlarle normalmente lo que hace es aumentar su agresividad.​
  2. Evite la confrontación. No discuta. Es mejor intentar distraerle.
  3. Evite la sobreestimulación ​ (por ejemplo, ruidos fuertes).​
  4. Intente identificar qué situaciones de manera reiterada le provocan este tipo de conductas, para tratar de evitarlas.​
  5. Ofrézcale actividades que le ayuden a canalizar esa agresividad o inquietud. Por ejemplo, algún ejercicio físico (caminar, bailar, etc.).​
  6. Como cuidador, en la medida de lo posible, no afronte los momentos de conflicto solo.

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