DELIRIOS/SUSPICACIA/DESCONFIANZA/CONFUSIÓN
La pérdida de memoria, pérdida
auditiva y la confusión pueden hacer que una persona con demencia perciba las
cosas de manera errónea y malinterpreten lo que ven y oyen.
A medida que la enfermedad
progresa con frecuencia la persona no es capaz de reconocer personas y lugares
y elabore historias “falsas” que ella vive como si fueran reales.
Ej: “ La cuidadora me roba o la
cuidadora me quiere envenenar…”.
¿Qué hacer?
- Tratar de reaccionar con calma y no poner nervioso al enfermo
- Intente tranquilizar a la persona, pero no insista en la irrealidad del asunto, ya que podemos provocar mayor inquietud e incluso agresividad por su parte.
- Evite regañarle y utilizar el "NO". Es mejor usar frases como "yo creo", "creo que es mejor", etc.
- Si ese delirio no le provoca inquietud emocional, permita que su familiar lo exprese, escúchele y luego cámbiele de tema.
- Si usted es parte implicada en el pensamiento delirante, intente que otra persona intervenga para reconducir su atención a otra conversación o actividad.
- Actividades como ayudar en tareas del hogar, ayudar a preparar la comida o cualquier otra cosa que sea de su agrado, le ayuda a orientarse en la realidad y puede reducir la intensidad del delirio en ese momento.
AGRESIVIDAD/AGITACIÓN/IRRITABILIDAD/OPOSICIONISMO
Algunos pacientes pueden
presentar agresividad verbal y/o física sin razón aparente y de manera
repentina. Otros responden de esta manera ante situaciones que les generan frustración.
En ese sentido, es muy importante identificar las situaciones que pueden llevar
a la persona a ponerse agresiva ya que saberlo nos ayudará a prevenirlas. La
persona con demencia muchas veces reacciona con agresividad porque se siente
amenazada, al haber perdido la capacidad de interpretar el entorno o las cosas
que nosotros hacemos.
¿Qué hacer?
- Mantener siempre la calma y mostrarse tranquilizador. Háblele despacio, con un tono de voz suave. Ponerse nervioso o utilizar la fuerza para controlarle normalmente lo que hace es aumentar su agresividad.
- Evite la confrontación. No discuta. Es mejor intentar distraerle.
- Evite la sobreestimulación (por ejemplo, ruidos fuertes).
- Intente identificar qué situaciones de manera reiterada le provocan este tipo de conductas, para tratar de evitarlas.
- Ofrézcale actividades que le ayuden a canalizar esa agresividad o inquietud. Por ejemplo, algún ejercicio físico (caminar, bailar, etc.).
- Como cuidador, en la medida de lo posible, no afronte los momentos de conflicto solo.
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